martes, 2 de noviembre de 2010

El Diadúmenos, de Policleto, Etapa Clásica, 420 a de C. aproximadamente

Policleto es, junto con Mirón y Fidias, uno de los grandes escultores del período griego clásico (siglos V - IV a.C.). Las fuentes ponderan sus obras, no sólo por la calidad que atesoran, sino también por su enorme resonancia y difusión desde el punto de vista didáctico. Plinio dice en su Historia Natural, que la más copiada e imitada de ellas, era la que representaba a un joven de formas maduras con una lanza, a la que llamaban Kanon.

Canon significa norma, y así se titulaba el libro en que compendió Policleto sus ideas y criterios sobre la representación de la figura humana, preocupación constante de la escultura griega. Desgraciadamente, el libro se perdió, pero sus ideas teóricas fueron formuladas en las principales esculturas de Policleto, como el "Doríforo" o el propio "Diadumenos".

Para Policleto, el principio básico era la simetría. De este modo, cada una de las partes del cuerpo debía tener unas dimensiones adecuadas. Según él, el canon o medida ideal del cuerpo era siete veces el tamaño de la cabeza. En el siglo siguiente, Lisipo formuló un nuevo canon, en esta ocasión de ocho cabezas.
Tras la creación del Doríforo, Policleto entra en una fase de plenitud y madurez, a la que no es ajeno el influjo ático, más concretamente fidíaco. La obra más representativa de esta evolución es el Diadúmeno, cuyas formas corporales son más sueltas y naturales que las del Doríforo y en cuya cabeza se perciben las consecuencias del influjo mencionado.
El "Doríforo" fue la obra que consagró a Policleto, pero el "Diadumenos" (el que ciñe) es la obra más representativa del período de madurez que siguió a la primera. La figura, fechada en torno al 430 aC, representa a un joven desnudo, en el momento de ceñirse la diadema o cinta que distinguía a los atletas campeones.
En esta fase de la obra de Policleto, el influjo ático de Fidias se advierte en detalles como la dulzura del rostro del joven y en las formas, más sueltas y suaves, por ejemplo, que las del "Doríforo". El motivo de base, con la pierna retrasada, es típica de Policleto. Por lo demás, la obra nos permite apreciar los logros escultóricos del período, como el típico contraposto, el principio de diartrosis y el sentido de la belleza clásica, entendida como armonía física y espiritual.
En el Diadúmenos se mantiene el ritmo alternante, pero se reducen las proporciones y se da a la composición una forma más cerrada. Comparado con el Doríforo, el Diadúmeno se concentra más en la acción, perfectamente definida mediante el recurso de ceñirse la cabeza con una "taenia", que los copistas repetirán e interpretarán a su antojo. Por otra parte, el Diadúmeno acredita un cambio de mentalidad en el maestro, más suavizada y, si se prefiere, más humanizada, cambio que se atribuye al influjo ático y fidíaco. El motivo de base con la pierna exonerada retrasada es típicamente policlético.
Resumiendo, podemos destacar las siguientes características:
  • Contrapposto: Uno de los elementos más característicos de Policleto son sus figuras con contrapposto. Basicamente sería un equilibrio entre una pierna flexionada y la otra estirada. Daba armonía y movimiento a las esculturas.
  • Anatomía: Se trata de un gran estudio del natural, con una anatomía muy marcada, característica típica de Policleto.
  • Brazos: El personaje, que sería bien un atleta o algunos dicen incluso Apolo, se ata a la cabeza una cinta. Es el momento elegido, que es representado con el personaje con los brazos en alto, dando movimiento a la escultura.
  • Pelo: La cabeza está muy bien tallada, con rizos muy marcados elaborados al trépano.
  • Canon: El canon elegido por Policleto era el de siete cabezas y sus esculturas siempre tenían partes equilibradas, buscando la simetría.
  • Diartrosis: Una característica también de Policleto era marcar mucho el pliegue en las ingles. Esto sería antecesor del principio de diartrosis.
El original en bronce se perdió, y hasta nosotros han llegado, como la mayoría de las obras de este período, copias romanas en mármol. La más conocida de ellas está en el Museo Arqueológico de Atenas, pero las hay repartidas por diferentes museos del mundo, una de ellas en el Museo del Prado en Madrid.

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